miércoles, octubre 06, 2010

AGENDA LGBT

NI UNA MUERTE GAY MAS

Por Ricardo Salazar/ Milenio Acentos

En los últimos días la sociedad estadunidense se ha estremecido por una ola de suicidios de adolescentes gay que se han quitado la vida por sufrir acoso debido a su orientación sexual. Son chavitos de 13 a 18 años que fueron exhibidos en internet, en sus escuelas o en sus comunidades, sin que estuvieran listos para salir del clóset. No pudieron con la presión y se quitaron la vida. Al momento de escribir esto iban ya cinco casos: Seth Walsh, Billy Lucas, Asher Brown, Tyler Clementi, y Raymond Chase.

Estas muertes que no debieron ser, han desatado toda una campaña de reacción y soporte desde organizaciones sociales y gobiernos que quieren hacer lo necesario para que estas tragedias no se repitan y que los chicos encuentren la esperanza en el futuro.

Hubo una reacción inmediata por parte del gobierno de California. Su gobernador, Arnold Schwarzenegger, firmó esta semana una ley contra el acoso a gays y lesbianas, que entre otras cosas permitirá que los chavitos reciban apoyo psicológico aún sin la autorización de los padres. Y eso que elGovernator es uno de los más activos promotores en contra del matrimonio homosexual, así que el reconocimiento es doble.

Todo esto nos lleva a pensar acerca de la situación actual de amenaza que se vive en el mundo en contra de los homosexuales y lesbianas que, pese a que como colectivo han conquistado importantes logros en materia, principalmente de salud y derechos humanos, siguen siendo un grupo altamente vulnerable, y eso nos obliga a revisar cómo está la situación en nuestras comunidades.

Y el panorama no es nada alentador. Apenas la semana pasada se supo que un destacado profesor del CUCEI, el Dr. Rogelio Morales Borges, fue encontrado muerto en su departamento con todas las características de ser un crimen de odio. Hace 11 meses en Ciudad Guzmán, el periodista de Radio Universidad, José Emilio Galindo, fue encontrado muerto días después de ser asesinato en su casa, también por homofobia. Hace un poco más de un año un estilista que además daba clases en una prepa de la UdeG, fue baleado por su aspecto, en su coche, desde otro vehículo.

Y esos son los casos que se conocen ¿cuántos más no habrá? El último dato que se conoce es el del Informe de Crímenes por Homofobia, que documentó más de 640 muertes en el país en quince años por esta causa, de los cuales 41 ocurrieron en Jalisco.

Lo triste es que aún con esa serie de muertes por homofobia, no hay aquí una red de soporte a homosexuales y lesbianas. No vemos a artistas famosos lamentando su muerte y diciéndole a los gays que no están solos, no vemos, desde el gobierno que se impulsen leyes para evitar estas muertes, y la respuesta institucional por parte de la Procuraduría deja mucho que desear al calificarlas como crímenes pasionales o ligarlas a otros delitos como el robo, con lo que se intenta diluir su gravedad.

Y en casos que no devienen en muerte no estamos mejor. Según datos de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación (Conapred), Jalisco es el cuarto lugar en cuanto a número de denuncias por homofobia, y en lo que va del año suma 20 ante esa instancia (a las que hay que sumar los casos que no llegan a ser denunciados por miedo o por ignorancia de las víctimas).

A todo esto hay que añadir que hay un discurso social que parece justificar las agresiones a grupos de la diversidad, desde el más simplista que genera escarnio al futbolista que se faja con travestis, hasta el más perverso que dice que las agresiones y muertes son merecidas por ser como son, como si se tratara de un castigo divino o humano por no encajar en la mayoría. Se lo buscaron, se dice, y con ello se les victimiza al doble. Si a ello se le suma el discurso de derecha que sólo ve un modelo de familia y que promueve la exclusión y el odio (acepta a los homosexuales siempre y cuando no ejerzan y se arrepientan), hay hoy aquí un peligroso caldo de cultivo que pone en riesgo al colectivo lésbico-gay.

Por ello, urgen acciones contundentes por parte de quienes gobiernan para garantizar la protección de quienes hoy viven soportando agresiones que a la larga pueden convertirse en muertes. Urge sacar de la congeladora en el Congreso del estado las iniciativas que buscan tipificar como delito la discriminación y la homofobia, y crear campañas de sensibilización para aprender a respetar la diferencia.

En California se ha llegado el límite y se está gritando un: ¡Ya Basta!, porque en voz de Cindy Lauper: “El odio se aprende y tenemos que enseñar a nuestros hijos que ser diferente es aceptable. La mejor manera es predicar con el ejemplo y tratar a los demás con dignidad y respeto. Nadie debe dejarse intimidar o dañar de cualquier forma a causa de su orientación sexual o identidad de género”.

Y en Jalisco ¿cuándo diremos ya basta?, ¿cuántas muertes más estamos dispuestos a tolerar?

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